La tensión entre Rusia y sus vecinos, no solo Ucrania si no también los países bálticos, ha sufrido en los últimos días una escalada llamativa. Desde 2014 cuando Rusia se hizo de la península de Crimea unilateralmente y puso en marcha una operación de apoyo a los llamados separatistas de una región de Ucrania que en realidad contaba con el apoyo de comandos rusos apenas disfrazados, la situación entre Rusia y Ucrania es muy grave. De hecho hay combates en esa región ucraniana que pide la separación y la unión con Rusia, tal como hizo Crimea.
Es evidente que la tensión ha crecido luego de que este miércoles el secretario de Estado, Antony Blinken, abandonó toda forma diplomática habitual para decir que Estados Unidos está cada vez más convencido de que Rusia podría planear una invasión de Polonia, y que Washington y sus aliados de la OTÁN van a estar listos para defender la integridad de Ucrania.
Esta declaración se produce en la vísperas de un encuentro que va a mantener con el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
por Santiago Farrell
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