Tuesday 23 de April de 2024
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El empleo no es una garantía para evitar la pobreza en la Argentina

ECONOMíA | Por Julieta Colella | 19 de May 11:05

En el día de ayer el INDEC dio a conocer el valor de la canasta básica alimentaria y la canasta básica total, al mes de abril 2021. 

La canasta básica alimentaria individual ascendió a $8.633, presentando una variación mensual del 3,9%, inferior a la inflación del período del 4,1%. En cambio, con respecto a igual mes del año anterior, la canasta básica alimentaria aumentó por arriba de la inflación, 49,1%, cuando la inflación del período fue 46,3%. Desde enero de 2020, la variación interanual de la canasta básica alimentaria fue superior a la inflación del período, encontrando su brecha máxima de 9,4 puntos porcentuales en diciembre 2020, cuando la variación fue 45,5% y la inflación 36,1%.   

Por el lado de la canasta básica total individual, ascendió a $20.375, mostrando una variación mensual del 3,4%, también inferior a la inflación mensual. En cambio, con respecto a igual mes del año anterior, la canasta básica total aumentó por arriba de la inflación, 47,8%, 1,5 puntos porcentuales superior a la inflación del período. En este caso, ocurre lo contrario. Durante prácticamente todo el año 2020 la variación interanual de la canasta básica total fue inferior a la inflación del período. A partir de octubre 2020, la relación se dio vuelta, y la variación de la canasta total superó a la inflación. La brecha máxima también se alcanza en diciembre 2020, con una diferencia de 3,0 puntos porcentuales. 

Recordemos que la canasta básica alimentaria marca la línea de la indigencia, mientras que la canasta básica total marca la línea de la pobreza. Estos dos indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. 

Si pasamos a hablar del grupo familiar, por ejemplo, un hogar integrado por 3 personas (un adolescente, un adulto, y un adulto mayor) debe contar con $21.300 para no cruzar la línea de indigencia, y con $50.120 para no cruzar la línea de la pobreza. Si hablamos de un hogar de 5 integrantes (dos adultos y tres hijos menores), necesitan $28.000 para acceder a la canasta básica alimentaria y $66.200 para la canasta total. 

La pandemia tuvo un efecto claro sobre los indicadores sociales. Hacia fines de 2020, el índice de pobreza alcanzó el 42% en la Argentina, por lo que 19,5 millones de personas quedaron bajo la línea de la pobreza, lo que implicó un aumento de casi siete puntos porcentuales respecto al segundo semestre de 2019. Por su parte, la indigencia se ubicó en el 10,5 por ciento, frente al 8 por ciento del mismo período del año previo.

De acuerdo a los datos del Indec, al finalizar el 2020 una familia pobre, en promedio, tenía un ingreso de $29.567 cuando la canasta básica total era de $50.854. De esa manera, los hogares pobres estaban unos $21.900 debajo de lo que necesitan para no ser pobres. Una familia indigente, por su parte, estuvo a $8.708 de distancia para poder cubrir la canasta alimentaria.

El efecto que tuvieron la crisis sanitaria y las medidas de aislamiento social fue diverso en las distintas regiones del país, aunque los principales afectados fueron los grandes centros urbanos. Sin ir más lejos, hacia fin de año el 51% de la población de los partidos del Gran Buenos Aires eran considerados pobres y un 15%, indigentes.

Como lo demuestran las cifras, el empleo no es una garantía de evitar la pobreza en la Argentina y así lo refleja el hecho de que uno de cada cinco trabajadores formales no tiene los medios suficientes para vivir en forma digna.

El promedio histórico de los trabajadores pobres se ubicaba en el 20%, pero la disminución del número de ocupados y el aumento de la canasta básica se conjugaron para llevar este porcentaje por encima del 30 por ciento. Por lo tanto, cerca de un tercio de los trabajadores totales no alcanza a ganar el mínimo de ingresos para ser pobre.

 

por Julieta Colella

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