Friday 19 de April de 2024
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8M: ¿Cuál es la participación de la mujer en el mercado laboral?

ECONOMíA | Por Julieta Colella | 08 de March 12:56

Hoy, 8 de marzo, se celebra el día internacional de la Mujer, pero la pregunta es ¿qué pasó un 8 de marzo?

La explicación más creíble se remonta a mediados del siglo XIX, en plena revolución industrial. El 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema 'Pan y rosas' para protestar por las pésimas condiciones laborales, reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil. Sin embargo, el capítulo más cruento de la lucha por los derechos de la mujer se produjo el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió una fábrica de camisas en Nueva York. Un total de 123 mujeres y 23 hombres murieron. La mayoría eran jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años.

Finalmente, el Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas en 1975. Dos años más tarde se convirtió en el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. En Estados Unidos se celebra oficialmente tan solo desde 1994, a pesar de que es en aquel país donde se encuentran los orígenes de la conmemoración.
Luego de este breve repaso por la historia, lo que nos tenemos que preguntar es cuál es la participación de la mujer en el mercado laboral en el año 2021.

Según un estudio de las Naciones Unidas, para América Latina, la asignación del tiempo entre el trabajo remunerado y no remunerado, entre hombres y mujeres, continúa siendo muy dispar en la actualidad. Por ejemplo, en Argentina, las mujeres destinan en promedio 15,2 horas semanales al trabajo remunerado, mientras que los hombres, en promedio también, le dedican 33,2 horas. Eso da como resultado un promedio de 42,4 horas que las mujeres dedican al trabajo no remunerado, versus 17,3 horas que le dedican los hombres. Algo similar ocurre en el resto de los países de la región. Por ejemplo, en Chile, las mujeres destinan 20 horas semanales al trabajo remunerado, y 42 horas al no remunerado, mientras que los hombres dedican 35 horas al remunerado y 19 al no remunerado.

De todas formas, uno de los hechos socioeconómicos más salientes del último medio siglo en América Latina fue el notorio aumento de la tasa de participación laboral femenina en todos los países de la región. Si bien se redujo en las últimas décadas, la brecha con la tasa de participación laboral masculina todavía está lejos de cerrarse, y es incluso más elevada que en otras regiones del mundo.

En el año 2019, la CEPAL informó cuales eran las tasas de desempleo a nivel nacional, de 17 países de América Latina y el Caribe, por sexo. El estudio informó que en promedio la tasa de desempleo en la región es del 8,0%, mientras que para los hombres la tasa de desempleo se ubica más cerca del 7,0% pero la de las mujeres llega al 10,0%. En Argentina, por ejemplo, la tasa de desempleo promedio fue del 10,0%, igualmente los hombres se encuentra por debajo y las mujeres por arriba de dicha tasa.

Con respecto a los salarios, si bien se ha ido contrayendo la diferencia en ingresos laborales entre hombres y mujeres en los últimos años, éstas aún subsisten y son de gran magnitud. Por ejemplo, en el año 2005 la brecha en América Latina era de un 20,5% y para el 2015 se redujo a un 14,5%.

Al margen de las diferencias salariales, cuesta creer que las mujeres lleguen a pagar hasta un 11,0% que los hombres por determinados productos. Así lo explicó un relevamiento privado que mostró que algunos bienes de rubros como limpieza personal son más caros en sus presentaciones dirigidas a consumidoras mujeres. Se trata de lo que se suele llamar el “impuesto rosa”, es decir, el sobrecosto que tienen aquellos productos que tienen alguna diferenciación especial para el consumo de mujeres, principalmente a partir del diseño de los envases.
En los últimos cuatro años la brecha fue ampliándose y reduciéndose irregularmente. En 2018 la diferencia entre lo que pagan mujeres y hombres por un producto similar fue de 13,7%, en 2019 bajó a 11,3%, luego volvió a crecer hasta 12,3% y terminó por redondear una baja hasta 10,8%.

Si bien creemos que en los últimos años se han implementado muchas políticas públicas para reducir todas las brechas y diferencias que hemos mencionado, creemos que todavía queda mucho por hacer y por concientizar.

por Julieta Colella

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