Friday 19 de April de 2024
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Álvarez Agis: "Los populismos de izquierda regalan pesos; los de derecha dan dólares que, para colmo, son prestados"

POLITICA | Por Jorge Fontevecchia | 26 de May 09:03

Incluso los enemigos del Gobierno lo consideran "un kirchnerista que piensa". Fue candidato a ser ministro de Alberto Fernández y considera que hay mucha razonabilidad en la estrategia elegida por Martín Guzmán. Aun así, piensa que la sociedad está demasiado al tanto de las polémicas del Frente de Todos. Optimista a largo plazo, cree que pasar la segunda ola es un desafío que genera mucha incertidumbre.

—Se habla de un Juan Domingo Biden, ¿estamos también frente a un Mauricio Fernández o Mauricio Guzmán? 

—Es muy picante la pregunta, así que voy directo al tema. Hay ciertas críticas respecto del plan macroeconómico. Se dice que está aplicando un ajuste. El diablo está en los detalles. Si uno mira el nivel de gasto público, de emisión monetaria, respecto de lo que fue el segundo trimestre del año pasado, la cuarentena fase uno, el pago de IFE, de ATP, efectivamente estamos en un nivel de gasto público y de emisión monetaria más bajos. Lo interesante es que combina con un producto que está empezando a recuperar los niveles de prepandemia. Es la primera vez desde 2008 que Argentina aplica una política fiscal contracíclica. Cuando la economía se contrae, año pandemia, el gasto público se expande; cuando la economía se empieza a recuperar, el gasto público se vuelve a contraer. Desde 2010 hasta 2019 la política fiscal fue procíclica. Es malo, porque cuando la economía se expandía, la política fiscal también se expandía. Eso contribuía a sobrecalentar la economía. También es malo porque a partir del segundo período de Mauricio Macri la economía se contrajo y el gasto público también. Con lo cual contribuía a hacer más grande la recesión. El covid-19 se empieza a ir, pero algunos de sus efectos económicos quedaron. Es cierto. El covid-19 agarra a la economía argentina con muy pocas herramientas. Con el crédito y las reservas agotadas, lo único que queda para hacer política macroeconómica son pesos. Es como tener un martillo de juguete en la caja de herramientas. Ni para un clavo te sirve.

—¿Qué diferencias hay entre el keynesianismo de Axel Kicillof y el de Martín Guzmán? ¿Es correcto hablar del ministro como un keynesiano temeroso, tal como dicen algunos kirchneristas? 

—Hay tipos de keynesianos. El tipo más importante de keynesianos, sobre todo si uno trabaja en Argentina, es el que entiende la diferencia entre los pesos y los dólares. Un matiz importante cuando se hace política económica en un país chico y con un problema estructural de moneda débil. Hoy en Estados Unidos se discute algo que es el sueño de cualquier keynesiano, lo que se llama teoría monetaria moderna. El único límite que tiene para aumentar el gasto es la cantidad de trabajadores desocupados que hay. Como la tasa de desempleo todavía está en el 4-5%, Estados Unidos podría seguir imprimiendo billetes y llevar a la economía a pleno empleo. En Argentina, si querés ser keynesiano, es importante identificar que usualmente el límite de los dólares está antes de que te quedes sin trabajadores para producir cosas. El desagradable trabajo que tiene Martín Guzmán es explicarles a la política y a la sociedad sobre una necesidad acuciante, clara, transparente. Que el combustible que esta economía necesita para salir de esta recesión hoy no lo tenemos: los dólares. Explicarlo a una sociedad con más de 40 puntos de pobreza, recesión y más de un año de pandemia. A Guzmán le toca ser keynesiano con pocas reservas. Eso siempre es muy difícil. Si te pasás de rosca, probablemente termines en un escenario incluso peor que el que querías evitar.

Escuchá el reportaje completo en Radio Perfil.

 

por Jorge Fontevecchia

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