Tuesday 16 de April de 2024
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Oriol Junqueras: "Somos independentistas respecto al Reino de España y partidarios de una Unión Europea más fuerte"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 23 de November 17:55

El presidente del partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), a cinco años del polémico referéndum y luego de haber pasado más de tres años en prisión, fue indultado por el presidente Pedro Sánchez y la Justicia española deberá revisar su condena.

¿Por qué Cataluña quiere independizarse de España, y qué sería distinto para Cataluña si no fuera parte de España?
Cataluña, o una buena parte al menos de la sociedad catalana, quiere constituirse en una nueva república en el marco de la Unión Europea. Una nueva república independiente del Reino de España, por las mismas razones por las cuales antes que nosotros lo hicieron Irlanda respecto al Reino Unido, Noruega respecto a Suecia, Islandia respecto a Dinamarca, o tantos países americanos respecto a sus potencias coloniales. Y lo que sería distinto es que estamos convencidos de que es mejor que el futuro de Cataluña, como de cualquier país, esté en manos de su sociedad, de su ciudadanía, y no en manos de políticos en el Estado español, que entendemos que no siempre respetan la voluntad democrática de la sociedad catalana. Y una buena prueba de ello es que cuando la sociedad catalana se expresa mayoritariamente, con mayorías absolutas muy sólidas en nuestro Parlamento, con nuestro gobierno en un referéndum, la respuesta es tan solo la represión. 

En el caso de Noruega, Islandia e Irlanda se produjeron, en la mayoría de los casos, separaciones antes de la existencia de la moneda común, e incluso en algunos casos antes de la existencia de la propia Unión Europea. El hecho de que exista la Unión Europea, y el euro como la moneda común, ¿facilita que zonas como Cataluña puedan independizarse, porque tendrían, podríamos decir, el paraguas de la escala que da la propia Unión Europea? 
A nuestro entender, debería ser así. La Unión Europea debería ser, y en gran medida lo es, garante del principio democrático, es decir, de aquel principio que afirma que cuando una sociedad, una comunidad política, un país se expresa de manera reiterada en el tiempo y de manera democrática, cívica y pacífica, en un determinado sentido, es obligación de las instituciones encontrar los mecanismos necesarios para hacer posible la aplicación de dicha voluntad democrática. Este es el criterio, por ejemplo, que en su día aplicó la Corte Suprema de Canadá respecto a la posibilidad de un referéndum de independencia en Quebec. Pero también es lo que se corresponde a los principios generales del derecho, y entendemos nosotros también del derecho internacional. Por lo tanto, en el marco de la Unión Europea es posible el concepto de una ampliación interna. Es decir, la ampliación en el número de Estados desde dentro mismo de la Unión Europea, por eso ampliación interna. Es decir que, en el marco de un Estado ya perteneciente a la Unión Europea, exista el nacimiento de un doble Estado, un segundo Estado, en este caso de la República Catalana respecto al Reino de España. Me gusta explicar que nosotros somos independentistas respecto al Reino de España, como en su día lo fueron los argentinos, o los mexicanos, o cualquier otro país latinoamericano y que, al mismo tiempo que somos independentistas respecto al Reino de España, también somos unos federalistas europeos convencidos, partidarios de una Unión Europea más fuerte, de una de las instituciones comunes más fuertes, de un Parlamento Europeo con plenas capacidades legislativas, y de una Comisión Europea también más fuerte. Porque estamos convencidos de que la integración europea es una apuesta muy acertada. 

Imaginando el siglo XXII, XXIII, XXIV, uno podría decir que la Unión Europea genera fuerzas centrípetas y centrífugas al mismo tiempo, el ejemplo de Cataluña independiente dentro del marco de un Parlamento Europeo, de una moneda común europea, de un Banco Europeo, ¿facilitaría una especie de disolución de las naciones Estado, algo más parecido a Estados Unidos, donde pudiéramos decir los cincuenta diferentes Estados integrantes del Estado, más autónomos que lo que podrían ser 15 o 25, como pueden ir integrando la Unión Europea a través de países? 
Somos partidarios de la aplicación de un principio fundacional de la Unión Europea, que es el principio de subsidiariedad. Según este principio, las decisiones deben ser tomadas siempre lo más cerca posible de la ciudadanía, de tal modo que aquello que pueda decidirse en el ámbito local se decida localmente, y aquello que pueda decidirse regionalmente se decida en el ámbito regional, y no en ámbitos estatales. Que solo aquello que no pueda ser decidido en el ámbito local, en el ámbito regional, en el ámbito estatal, sea competencia del marco común. A nosotros nos parece que este marco común puede ser muy importante porque el mundo se enfrenta a retos, a dificultades que tienen un carácter muy global. El cambio climático, el efecto de la guerra de Ucrania en los precios energéticos, la inflación, el comportamiento de los tipos de interés, los mercados financieros, y que por lo tanto es bueno que existan estructuras políticas amplias, extensas, ambiciosas, que intenten responder a estos retos poniendo en común una parte relevante de sus recursos. Del mismo modo que tal vez sería bueno que en algún momento, cuando así lo consideren oportuno, los Estados americanos encuentren también proyectos de integración en forma tal vez de una moneda común, tal vez en forma de políticas fiscales coordinadas, tal vez en forma de libertad de la circulación de personas, de bienes, de servicios, de capitales. Del mismo modo que estas cuatro cuestiones constituyen las libertades fundamentales de la Unión Europea. Por lo tanto, nos parece que el mundo debe adaptar la escala de la toma de decisiones a la magnitud de los problemas a los cuales se enfrenta. Y es bueno que haya poderes políticos muy cercanos a la ciudadanía, como en el ámbito local, y es bueno que haya poderes políticos muy extensos, muy amplios, capaces de responder a estos problemas globales. 

Usted es un experto en historia moderna y contemporánea, y al mismo tiempo investigó, en su tesis, la economía y el pensamiento económico, específicamente de Cataluña en la Alta Edad Moderna. Le pido al profesor de Historia que trate de imaginarse el mundo del siglo XXII, XXIII, XXIV. ¿Se imagina esa idea de glocal? Hablaba de centrípeta y centrífuga, que en lugar de países existan regiones con mayor cantidad de integrantes de lo que hoy son las Naciones Unidas, donde esté la suma de regiones en áreas regionales como la Unión Europea, como podría ser Sudamérica, pero con la desaparición de los Estados nación y más regiones, incluso ciudades, con su zona de influencia, ¿se imagina que ese sería el mundo del futuro? 
Es posible que este sea el mundo del futuro. Al mismo tiempo, es difícil que lo sea en la medida en que los Estados nación tiendan a preservar sus propias estructuras, porque estas generan intereses entre aquellos que dan gestión. Por lo tanto, es muy difícil prever el futuro. Pero en cualquier caso, nos parece que al margen de cuál sea el resultado concreto, en el futuro tendremos que encontrar soluciones flexibles que permitan encarar los problemas con escalas políticas adecuadas. Seguro que hay muchas cuestiones relevantes para muchos ciudadanos argentinos que es mejor tomar en sus ámbitos municipales o en sus ámbitos provinciales. Pero también es muy probable que haya muchos retos a los cuales se enfrenta Argentina, a los cuales sería más fácil enfrentarse si hubiese un ámbito político, económico, monetario, fiscal, social, laboral, común con el conjunto de América Latina. Y que seguramente esto también facilitaría unas relaciones más fluidas entre estos grandes ámbitos supraestatales, entre la Unión Europea y un Mercosur tal vez más ambicioso en su extensión geográfica, en sus niveles de integración, de colaboración entre los distintos Estados latinoamericanos. Es cierto que esto debe decidirlo cada uno de estos Estados, pero es posible que esto forme parte del futuro y que facilite un futuro en el que dispongamos de mejores herramientas para afrontar estos retos de carácter global. No es necesario que desaparezcan los Estados nación para afrontar estos retos. De hecho, nosotros pretendemos convertirnos en un nuevo Estado dentro de la Unión Europea, en una nueva República. Y nos parece que esto es perfectamente compatible con una Unión Europea más fuerte. Nos parece que es perfectamente compatible: defender la independencia de una República catalana respecto al Reino de España y al mismo tiempo defender una Europa más unida, más federal, una Europa más fuerte y con mejores relaciones con el resto del mundo. 

Escuchá el reportaje completo en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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