Desde la época precolombina, la privilegiada posición geográfica del punto más angosto del continente americano marcó su función histórica como sitio de tránsito y de intercambio de productos de tribus aborígenes. La idea de construir un canal a través de Centroamérica fue sugerida por el científico alemán Alexander von Humboldt que condujo, a principios del siglo XIX, a un resurgimiento del interés.
En 1819, el gobierno español autorizó la construcción de un canal y la creación de una empresa para hacerlo. Quienes se animaron a abordar el proyecto fueron los franceses, luego de obtener la concesión del gobierno colombiano, que por entonces controlaba el área.
La construcción del canal se inició el 1 de enero de 1880 y para ello se contrató a una enorme fuerza laboral de 20 mil personas. Desde el principio, el proyecto estuvo plagado de errores por la falta de experiencia en ingeniería, pero el problema más grave fueron las enfermedades tropicales, sobre todo la malaria y la fiebre amarilla.
La enorme cantidad de muertes por enfermedades, el creciente aumento de los costos y las frecuentes inundaciones llevaron a la suspensión de la obra en 1889. Cinco años después, se creó una nueva compañía francesa para finalizar la construcción aunque, en realidad, impulsó las obras con el fin de buscar un comprador.
A comienzos del siglo XX, Estados Unidos buscaba abrir mercados para su creciente industria por lo que le urgía, por razones comerciales pero también militares, el dominio de una vía acuática interoceánica. El presidente norteamericano Theodore Roosevelt pensó que un canal a través de América Central sería de vital importancia.
Para ello revirtió la decisión de la llamada “Comisión Walker” que estaba a favor de un canal por Nicaragua y presionó para la adquisición de la obra francesa del Canal de Panamá. Roosevelt convenció, además, a rebeldes panameños a alzarse contra el gobierno colombiano asegurándoles que recibirían la ayuda de la Marina de los Estados Unidos.
Los panameños victoriosos regresaron el favor a Roosevelt permitiéndole el control del Canal el 23 de febrero de 1904, por la suma de 10 millones de dólares. Estados Unidos, finalmente asumió formalmente el control de la propiedad francesa sobre el canal el 4 de mayo de ese mismo año.
Guión de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil
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