Friday 29 de March de 2024
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El 2 de diciembre de 1901 Gillette patentó la primera máquina de afeitar con hoja descartable

PODCASTS | Por Radio Perfil | 01 de December 09:42

La empresa fue fundada unos meses antes por King Camp Gillette, un socialista utópico nacido en Wisconsin en 1855 perteneciente a una familia humilde. Hasta los treinta y cinco años fue vendedor ambulante, sin embargo, su ingreso a la compañía fabricante de tapones de corcho Baltimore Seal Company le cambiaría su vida radicalmente.

Por una parte, su trabajo le exigía estar viajando constantemente por gran parte de Estados Unidos. Por otra, una conversación con el presidente de la firma William Painter lo hizo reflexionar. En la charla, Painter le dijo que si quería hacerse rico debía inventar un objeto desechable que la gente utilice una y otra vez asegurándose, de esta forma, clientela todo el tiempo.

En 1895 y en uno de sus largos viajes en tren como vendedor, Gillette tuvo una idea. Mientras intentaba afeitarse con una navaja sin cortarse, entendió que debía crear una afeitadora práctica, segura y de hoja desechable. Las navajas de afeitar de ese entonces eran caras y requerían un afilado constante; una cuchilla de afeitar que se desechara al perder su filo se convertiría en una necesidad y, a la vez, en un negocio muy lucrativo.

Para vender su producto, Gillette fundó la American Safety Razor Company el 28 de septiembre de 1901.El problema inicial era que la tecnología de aquella época hacía imposible fabricar hojas de acero tan delgadas como las que había imaginado Gillette y en caso de lograrlo, no serían nada baratas.

Las primeras maquinitas de afeitar no eran como las había imaginado en un principio. En su primer año en el mercado, vendió apenas 51 máquinas y 168 hojas por lo que algunos inversores comenzaron a desconfiar. Sin embargo, el ingeniero industrial William Nickerton logró diseñar la idea tal como la había pensado Gillette por lo que, en 1903, el nuevo producto salió a la venta con la forma y el material ideales.

Durante la Primera Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos le compraron a Gillette el suministro de máquinas y hojas para cada uno de los miles de hombres enlistados para ir a Europa. Con el tiempo, la empresa se consolidó mediante publicidades en la que aparecían deportistas famosos y creando nuevos diseños convirtiéndose en una de las firmas multinacionales más importantes con presencia en más de 200 países.

Guión de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín. 

 

por Radio Perfil

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