Thursday 18 de April de 2024
Perfil

Armas a Bolivia: "Alguien debe evaluar si se llevó lo que se debía o no se debía llevar"

PODCASTS | Por Edi Zunino | 12 de August 13:32

Pasarse una vida en el servicio diplomático termina dándole a la palabra un valor tan disuasivo que, a veces, pareciera que se está evitando que las cosas sean “al pan, pan y al vino, vino”, no sea cosa que hieran al otro más de lo tolerable o lo comprometan a uno más de la cuenta. Habrá que ver hasta qué punto Jorge Faurie, que coronó su carrera diplomática como canciller de Mauricio Macri, se adapta al barro y al apasionamiento de la política doméstica, ahora que compite por una banca de diputado desde su Santa Fe natal. Aclaro: no es que en la política internacional no haya rosca ni existan los fervores; hablo del peso de la palabra, que es poesía barroca en contraste con los términos de un diferendo fronterizo y ni hablar de una guerra. La politiquería electoral interna, en cambio, habla en tono de guerra y transcurre sin que, por lo general, llegue la sangre al río.

Faurie va a las PASO santafesinas en una lista bendecida por Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Junto al expresidente y la exministra de Seguridad, Faurie está en la mira judicial de Argentina y de Bolivia por el supuesto tráfico de pertrechos represivos al país vecino, allá por noviembre de 2019, cuando un movimiento cívico-militar sacó a Evo Morales de la Presidencia.

Escuchen su relato. Contiene el eje discursivo de una eventual defensa en Tribunales:   
“Yo te puedo decir lo que la Cancillería hizo y lo que me cupo a mí como ministro de Relaciones Exteriores. Los dos meses previos al 11 y 12 de noviembre, que es la fecha que se marca como la salida de Evo Morales del poder, eran de una gran inquietud social, política y de confrontaciones dentro de Bolivia, tanto en La Paz, y sobre todo sobre todo la gente de Santa Cruz estaba muy… muy… no sé como decirlo… agitada, había muchas manifestaciones desde un poco antes, con el plebiscito convocado y el cambio de sus resultados y de algunos de los miembros de la Corte Suprema para volver a habilitarle a Morales la posibilidad de otra reelección pese a que ya le habían dicho que no. Entonces, el embajador en aquel momento, Normando Álvarez García, que es un hombre jujeño, nos dice: “Señores, acá la seguridad nuestra está media comprometida”.
Tenían marchas, contramarchas, algo que, bueno, para un argentino no es completamente desconocido, pero me decía: “Acá tenemos comprometida nuestra seguridad, no sólo de los bienes físicos, los edificios y demás, sino también del personal que está en la Embajada en La Paz, en el Consulado en Santa Cruz de la Sierra y algunas otras sedes” consulares que tenemos en Bolivia. Nuestras embajadas en el exterior, en Latinoamérica, prácticamente todas tienen destacamentos de Gendarmería para asegurar la protección de esas instalaciones diplomáticas. Y el embajador me dice: “Mire, como están las cosas, esto está difícil, necesitamos refuerzos”. Y esto es lo que se conoce y se comparte, porque cada agregado informa a sus superiores: el de Defensa al Ministerio de Defensa; el de Gendarmería informa al de Seguridad, del que depende, y así surge la idea de reforzar el personal, que tiene una dotación de siete u ocho personas y va una nueva comisión que tiene unas doce o trece personas, y esas personas, cuando salen, sin que nosotros digamos que tienen que llevar A, B, C o D, llevan los pertrechos que entienden que son necesarios para asegurar la protección de las embajadas. Y esto es lo que, hasta donde sabemos todos nosotros, se dispone el envío de un refuerzo, de una comisión o un grupo táctico, que lo definen ellos –esas cosas que las entienden mejor quienes se dedican a los temas militares y de seguridad- que parte hacia Bolivia en un avión. Una dotación de Gendarmería, que pertenece a Seguridad, es transportada en un avión de la Fuerza Aérea Argentina, que depende, a su vez, del Ministerio de Defensa. Esa comisión partió con los pertrechos que llevaron, el 11 o 12 de noviembre de 2019. Y el gobierno de Mauricio Macri terminó el 9 de diciembre. Alrededor de 22 días después ya no éramos gobierno. Esa comisión se quedó hasta julio del año 2020, no se sabe haciendo qué. Yo creo que los elementos que llevaron se tendrán que evaluar, si se pidieron las autorizaciones respectivas para sacar esos bienes y entrarlos en Bolivia. Alguien tiene que hacer una evaluación de si lo que llevaron era lo que tenían que llevar o lo que no se debía llevar”.

Queda claro que, según Jorge Faurie, no estaban en manos de los funcionarios diplomáticos los detalles para responder al pedido de protección de la Embajada, y que esos detalles sí deberían haber sido conocidos por el Ministerio de Seguridad o al menos el personal de Gendarmería, o incluso el Ministerio de Defensa o sólo tal vez los militares aeronáuticos que despacharon el Hércules con gendarmes y pertrechos a bordo.

El tema recién empieza. Se lo va a agitar durante la campaña electoral. Y hasta tanto no se resuelva nada, el Caso Bolivia ya se inscribió en la lista de los escándalos internacionales con que nuestros presidentes suelen dejar el poder, como Carlos Menem con las armas a Ecuador y Criacia o Cristina Kirchner con el Memorándum con Irán. A Menem, esa espada de Damocles lo acompañó hasta la tumba. Parece que lo del Memorándum con Irán se desvanece como arena entre los dedos. El vamos viendo es lo de Bolivia.

por Edi Zunino

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